• El Presidente se largó a llorar y tuvo que ser consolado por sus acompañantes.
  • Cumplió así una vieja promesa: había dicho que si llegaba a la Rosada, iría a ese lugar sagrado para el judaísmo.
  • La vicepresidenta compartió el evento junto al intendente local, el radical Federico Zárate, quien ofició de anfitrión.
  • "No se paren porque no ha llegado nadie", la frase que se escuchó mientras ingresaba a las plateas la titular del Senado.
  • El Presidente defendió el decreto de desregulación económica: "Va a ser muy positivo sostenerlo".
  • Y afirmó: "Hay que cerrar todas las empresas del Estado".
  • Críticas a los cacerolazos y elogios mutuos con la ministra Patricia Bullrich.

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