El ministro de Seguridad santafesino, Pablo Cococcioni
Un mes, incluso un año, son para la Criminología ciclos muy cortos como para establecer tendencias de cambios, que pueden modificarse rápidamente. Pero este enero con 20 muertes supera al de 2024, donde hubo 17 crímenes, en un momento en que las cifras en Rosario no habían aún comenzado a bajar. En otros eneros, con la violencia en puntos más críticos, los asesinatos en la ciudad fueron más. En 2014 fueron 28 al igual que en 2015. Esa misma cifra se repitió en 2022. Pero hubo arranques más leves en años que luego tuvieron números más altos.
En esta secuencia de crímenes de 2025 hay nutrientes muy mezclados pero un rasgo se mantiene constante: la alta letalidad es producto del uso de armas de fuego y reaparecen los sicarios, vale decir, los crímenes cometidos por encargo. Pero los motivantes de la mayoría de los hechos son completamente dispares lo que implica, en cuanto a política criminal, que no se trata de contener a uno o dos grupos para desactivar la trepada.
Fuentes del Ministerio de Seguridad indican que no observan un recrudecimiento de la violencia estacional ya que los valores de 2025 en enero son similares a los de 2024. Sí indican que es perceptible un cambio en la "circularidad" de la violencia que en parte explica este ciclo. Dan cuenta de dos elementos que pueden ser dinamizadores de este fenómeno actual. Por un lado, el hecho de que actores que cumplían condena y estaban vinculados a las pujas narcocriminales salieron en libertad por vencimiento de pena. Al volver a sus territorios en ellos se produjeron, según el análisis, hechos de violencia en 2025.
El otro factor que apuntan oficialmente es que a partir de detenciones recientes de miembros de bandas violentas ligadas al comercio de drogas, la pérdida de poder de estos grupos produce reacomodamientos cruentos en esas zonas.
En esta secuencia de crímenes de 2025 hay nutrientes muy mezclados pero un rasgo se mantiene constante: la alta letalidad es producto del uso de armas de fuego y reaparecen los sicarios, vale decir, los crímenes cometidos por encargo. Pero los motivantes de la mayoría de los hechos son completamente dispares
En estos días, la prensa de Rosario agrega un elemento que deberá analizarse si tiene alguna relación con el respingo de los números. Se trata de un jugador que cobra nombre en el campo del narcotráfico llamado Brian Walter Bilbao. Esta semana se encontraron tres mensajes escritos en distintos comercios de Rosario que mencionaban su nombre: en un minimercado de Francia al 4100, en una distribuidora de Provincias Unidas al 600 bis y en una pollería de Buenos Aires al 4000, según menciona el diario La Capital. Algunas de las notas hacen una mención al gobernador Pullaro.
Bilbao está actualmente prófugo de la Justicia Federal. Lo buscaron al allanar una banda de narcotraficantes de nacionalidad colombiana que tenían un hangar propio en Oliveros, 40 kilómetros al norte de Rosario. Se trata de una red que con tres avionetas secuestradas movían cocaína desde Bolivia para destinarla finalmente a la región y a Buenos Aires.
El salto
Este rulo que pega la violencia letal ocurre luego de que en Rosario se produjera una caída marcada y asombrosa de los crímenes desde que se produjo, hacia 2013, una escalada sin parangón a nivel nacional en delitos de sangre. En Rosario en 2022 hubo una marca histórica con 290 homicidios. En 2024 fueron 90 lo que implicó una caída del 65 por ciento. Tan remarcable baja tuvo que ver con múltiples variables de las cuales el control territorial por las fuerzas de seguridad ordenado por Pullaro resulta un factor clave.
Los hechos no son un fenómeno exclusivo de Rosario. La Nación dio cuenta hoy de que en los últimos cinco días hubo nueve homicidios en el conurbano bonaerense que, como en la mayor ciudad santafesina, se suelen agrupar aunque ocurren sin relación, en lugares diversos y con causas distintas.
Esto se da en un marco general donde las estadísticas últimas muestran un declive acentuado en los homicidios y delitos violentos tanto en Argentina, en provincia de Buenos Aires como en Rosario. Según cifras divulgadas por el Ministerio de Seguridad de la Nación, a nivel país se registró la tasa más baja de homicidios en los últimos 25 años, con 3,8 crímenes cada 100 mil habitantes en 2024.
El informe anual del Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe indica que en Rosario en 2024 hubo una disminución del 65,5% de homicidios con respecto a 2023. Esta sola ciudad absorbió el año pasado el 51,1% del total de crímenes de la provincia de Santa Fe.
En Rosario, la impresión desde sectores del Ministerio Público de la Acusación, al que reportan los fiscales que investigan homicidios, tiene matices. En relación a los últimos meses de 2024, la suba en enero de 2025 es evidente. Pero si se mira comparativamente con enero de 2024 es muy similar, con tres hechos más ahora. Los eneros de 2024 y 2025 son más bajos si se contrasta con la secuencia histórica. De todos modos el dato numérico aislado dice poco porque, como se dijo, los hechos ocurren por distintos motivos y en distintos lugares, es decir, no responden a un patrón. Por tanto la lupa debe posarse en los casos y analizar qué transiciones o contiendas se pueden estar registrando en las dinámicas de las violencias.