Entre los reclamos de las protestas estudiantiles está una mayor cantidad y calidad en los alimentos que llegan a las escuelas. Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires advierte que, al menos desde 2018, faltan controles en el servicio de los comedores escolares, hay irregularidades en las modalidades de contratación de las empresas e insuficiencia de sanciones a los proveedores incumplidores.