El máximo promotor de Sánchez fue Campero. El ex intendente de Yerba Buena siempre quiso ir por la gobernación y se prepara para 2027. El respaldo a Sánchez fue analizado como una jugada para bloquear la candidatura del peronista macrista Germán Alfaro, un jugador más potente y experimentado que podía arrastrar a parte del peronismo y hacer del otro lado lo que ahora hace Jaldo.
Como sea, Campero es un jugador más complejo, imprevisible. Dejó en off side a más de un radical: a último momento fue candidato a diputado de Bullrich, en la lista contraria a la de Morales. En su momento respaldó a Sánchez, pero ahora se mantiene distanciado en el Congreso e impulsa a otro ex jefe comunal, Sebastián Salazar, para el radicalismo tucumano. Pidió a la Casa Rosada que lo ponga de jefe de la Anses en Tucumán. Campero trabajó por Milei en la segunda vuelta y mantiene línea directa con el ministro del Interior, Guillermo Francos.
Campero, Sánchez y Salazar fueron el trio de intendentes del Gran San Miguel y el interior que gobernaron dos períodos y actuaron en conjunto todo ese tiempo. Representaron el espacio interno de mayor poder institucional. Sus sucesores actúan ahora también en tándem, pero con menor volumen político. No han logrado ser un factor de poder interno.
Campero siempre quiso ir por la gobernación y se prepara para 2027. El respaldo a Sánchez fue analizado como una jugada para bloquear la candidatura del peronista macrista Germán Alfaro, un jugador más potente y experimentado que podía arrastrar a parte del peronismo.
Por último, en el radicalismo tucumano, hay dos figuras que este trío siempre quiso jubilar siempre vuelven a resurgir: José Cano y Silvia Elías. El ex candidato a gobernador Cano es un personaje fuerte, de buena relación con Jaldo, pero crítico del Gobierno. Es legislador provincial y muchos afirman que considera que el cargo le queda chico, después de haber sido el radical que más se acercó en votos a la gobernación. Fracasó de manera estrepitosa como responsable del megalómano Plan Belgrano con el que Macri prometía resolver el atraso en infraestructura del norte argentino. Unos carteles desteñidos con promesade obras incumplidas en las afueras de Tucumán es todo lo que queda de su gestión.
Ascárate, funcionario de Jaldo, es del grupo Cano y mira con interés las elecciones del año que viene. Elías, la ex senadora que se peleaba con Cristina Kirchner, también es diputada provincial. Fue de las más votadas de la oposición y cuenta con otro legislador y dos concejales en su espacio. Su poder, sin embargo, está debilitado.
Es que a los radicales les cuesta ponerse de acuerdo para casi todo. Ahora están enfrascados en discutir la fecha de elecciones para elegir el nuevo presidente del partido. Como se sabe, para los radicales las elecciones generales son una molestia inevitable entre dos internas.