El oficialismo había entrado en pánico pasadas las 4 de la mañana, cuando los kirchneristas Martín Soria y Germán Martínez pergeñaron una moción para que se votara. La intención era demostrar que no había quórum para que cayera la sesión pero el experimentado Miguel Pichetto salvó a los libertarios y les pidió que dejaran de "chicanear". Presidiendo circunstancialmente la sesión, el radical Julio Cobos no concedió la iniciativa, alegando que mientras se debate el cuerpo puede permanecer con menos de los 129 legisladores necesarios.
La jugada fue posible porque los presidentes de bloque habilitaron a una parte de sus diputados para irse a dormir. La iniciativa sorpresiva de los dos peronistas los obligó a retornar a todos. "Estaba dormido en los brazos de mi chica y me acaban de cagar a llamados, porque hay que volver para que no se caiga la sesión", confesaban en la oficina de un bloque aliado.
El debate parlamentario, que había arrancado el martes después del mediodía, continuará con la discusión por capítulos, instancia que puede generar sobresaltos a la bancada conducida por Bornoroni. Como informó LPO, están comprometidos el régimen de incentivo a las grandes inversiones, la restitución del impuesto a las Ganancias y la base de la delegación de facultades al Presidente en materia administrativa, lo que le permitiría disolver, fusionar o modificar organismos del Estado.
Durante el despliegue de la larga lista de oradores en recinto, los libertarios siguieron negociando con los aliados para destrabar los puntos más problemáticos. Por eso, se especulaba al cierre de esta nota que el primer choque se produciría al darle tratamiento al capítulo 3, que contiene una larga lista de entes e institutos exceptuados del alcance de la delegación legislativa a la Casa Rosada.
Sin embargo, esa nómina solo evitaría la disolución de los organismos que allí figuran pero no los salvaría de la fusión o la modificación, incluida la provincialización y su desfinanciamiento. Por esa razón, los diputados opositores se convirtieron en vehículos de delegados gremiales de esas reparticiones que pedían la incorporación de sus entes pero Bornoroni dio este martes por cerrada la planilla de Excel donde los anotaba hasta la semana pasada. Tal decisión arriesgaría la suerte de ese artículo.
Para el caso del RIGI, pequeñas y medianas empresas, cámaras como Adimra y sindicatos como el de los aceiteros manifestaron su rechazo y contaron con enviados para reunirse con diputados aliados. "Abogados, contadores, empresarios y cámaras nos rogaron que no votáramos a favor del RIGI", admitían en un despacho del radicalismo.
La restitución del impuesto a las Ganancias también sería otro de los puntos conflictivos. La negativa de la Coalición Cívica puso en jaque ese fragmento del proyecto y el oficialismo, que ya venía explorando la posibilidad de contar con el apoyo de legisladores peronistas de las provincias del norte argentino, sintió que esas voluntades resultaban imprescindibles. Desde el entorno de Martínez aseguraban hasta el martes por la noche que el bloque de UP se mantendría firme en el rechazo en pleno pero LPO supo que los legisladores catamarqueños, alineados con el gobernador Raúl Jalil, podrían votar a favor del gravamen.
Al momento de la votación en general, cerca de Bornoroni transmitían también optimismo para los temas más ríspidos. En los palcos, supervisaba el trámite el subsecretario general de la Presidencia, Lule Menem.