El Gobierno le asignó un inmueble en el barrio porteño de Caballito. El año pasado habían inaugurado su sede en otro edificio cedido por el Estado.
En el centro cívico había esparcido aguarrás para tratar de impedir que pinten los pañuelos de las Madres. Otro grupo pintó grafitis a favor de los mapuches sobre la escultura del comandante de la Campaña del Desierto.