Después de la visita de Alberto Fernández a Milagro Sala, y aprovechando el debate sobre la administración de los planes sociales, la estructura judicial que responde a Morales profundizó su asedio a las organizaciones populares. Página/12 recorrió distintos barrios de la provincia y recogió la palabra de dirigentes y militantes sociales, quienes relataron las modalidades con que son perseguidos por movilizarse para conseguir comida para merenderos o reclamar por derechos básicos. «Parece que luchar es un crimen», dicen.