Máxima tensión en el peronismo. El viejo General casi nopudo celebrar su apabullante triunfo en las urnas. En rebeldía, los montoneros “le tiraron el cadáver” del jefe de la CGT.

El Presidente sostuvo que "la industria hotelera y la gastronomía están a full" y volvió a apuntar contra la "opulencia" de la Ciudad de Buenos Aires.