Página/12 pudo reconstruir parte de las comunicaciones entre los imputados que analizan los investigadores. De allí surge que, apenas dos horas después del ataque a la vicepresidenta, Carrizo, el dueño de la máquina de hacer algodón de azúcar, le escribe a Uliarte: “Estamos todos juntos. A la mierda Cristina”. Y ella responde: «La próxima voy y gatillo yo». Más tarde, él le pregunta: «Querés hacerlo?» Uliarte insiste: «Te juro que sí. Y no me va a fallar el tiro. Pero hay que pensarlo bien». En los mensajes que cruzan en las horas y días siguientes se mezclan sus intenciones de concretar el magnicidio, y sumar otras víctimas, como Máximo Kirchner, con los intentos de ocultar sus vínculos con Fernando Sabag Montiel.

«Estamos pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez», dice un mensaje de Carrizo enviado dos horas después del ataque a la vicepresidenta. El contenido de su celular también confirmó su participación en el diseño del atentado a CFK y que le proveyó un arma adicional a Fernando Sabag Montiel, que finalmente no fue usada. Un juez pidió que se investigue la posible participación de la violenta agrupación Revolución Federal en el atentado. El pedido de excarcelación de una de las detenidas será analizado por los camaristas de Comodoro Py Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens. 

El funcionario habló de generar una mesa de diálogo y evitar los debates en los canales de televisión.
Gastón Marano, su abogado, negó vinculación con el ataque a Cristina Kirchner. También se refirió a las amenazas contra Alberto Fernández.
Está apuntado como posible encubridor del atentado a la vicepresidenta. Qué dijo el abogado de la familia.