Pero lejos de negociar temas de Estado, Milei se tuvo que conformar con fotos de revista de espectáculos de influencers noventistas como la que se sacó con Natalia Denegri, célebre por el escándalo del Caso Coppola, reconvertida al evangelismo y la filantropía desde que reside en Estados Unidos.
La única funcionaria que asistió a la premiación fue la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, que levantó campamento cuando se enteró que Trump no asistiría.
Lo mismo hicieron Milei y la comitiva argentina, cuando alrededor de las 22 recibieron el mensaje del Servicio Secreto que les confirmaba que Trump estaba ahí cerca en Miami en una cena en la que permanecería hasta las 23 y luego regresaría a Mar-a-Lago, pero sólo para dormir en su casa. "El presidente Trump no va a asistir al evento", fue el mensaje terminante.
Alrededor de las 22 la comitiva argentina recibió el aviso del Servicio Secreto que les confirmaba que Trump estaba ahí cerca en Miami en una cena en la que permanecería hasta las 23 y luego regresaría a Mar-a-Lago, pero sólo para dormir en su casa. "El presidente Trump no va a asistir al evento", fue el mensaje terminante.
El organizador Glenn Parada, un pastor evangélico con la friolera de 198 seguidores en Twitter, salió a hablar en Radio 10 y dijo que si Milei hubiera esperado sólo 15 minutos, se habría cruzado con Trump. "Hay hubieran tenido foto, video y encuentro", vendió el evangélico. En el gobierno argentino afirman que Parada volvió a mentir, ya que Trump nunca tuvo en sus planes pegarse una vuelta por el salón de su club de campo.
El salón, de hecho, se alquila para eventos. La jugada de Rourke y Parada fue hábil: reservaron el salón ubicado a metros del dormitorio de Trump para darle a los invitados la sensación de que participarían de la intimidad del hombre más poderoso del mundo.
Cuando salían desazonados del evento, los argentinos se cruzaron con Parada y Rourke y hubo una discusión vehemente. Werthein les dijo que le daba vergüenza ajena el engaño de los capos de Make America Clean Again, que habían prometido una reunión con Trump que sabían que no ocurriría.
En un intento por defendese, Rourke y Parada dijeron que ellos nunca habían prometido algo semejante y, por las dudas, este viernes borraron los mensajes de Whatsapp en los que garantizaban la presencia del republicano.
El papelón generó ruido en el gabinete argentino. "La imagen de Milei sentado con celebrities noventosas bailando YMCA fue trágica para el país", se quejaron fuentes diplomáticas.
El paso en falso fue aprovechado por enemigos internos de Werthein. El embajador Luis María Kreckler, por caso, le mandó un mensaje a Karina autopostulándose para la Cancillería.