En un intento fallido por lograr una postal de violencia y victimización, el acto libertario en la previa de las legislativas mostró poca gente, mucha seguridad y ninguna sorpresa.
Lo que dicen de deslucido en los medios
“El arte de subir (y bajar) la montaña”, repasa en forma autocrítica su paso por la Rosada. Por ahora sigue abocado a su nueva vida de consultor, lejos de la influencia sobre sus excompañeros.