El senador Francisco Paoltroni.
Aunque la Casa Rosada desactivó la campaña para declarar la invalidez de la sesión por la acefalía que hubo entre las 12 y las 19, un funcionario de carrera comentó que Villarruel habría recibido un llamado del teléfono rojo, una vez iniciado el debate, y dejó al puntano Bartolomé Abdala en el estrado. "¡Claro! Se va del recinto porque Milei está viajando a Italia y tiene que asumir la Presidencia", habría dicho en ese instante, fuera de micrófono, la peronista Juliana di Tullio.
Si hasta la bancada de UP sabía del viaje, las excusas de Villarruel se desmoronan. Su persistencia por quedarse en el Senado se explicarían, en ese caso, como una forma de hacer frente a los aprietes que propios y extraños conceden que habría sufrido para eludir la convocatoria de los peronistas para echar al entrerriano.
Uno de los pocos dirigentes que quedan en el entorno de la Vice admitió que la presionaron desde Balcarce 50 para que abortara la sesión. Fuentes parlamentarias explicaron a LPO que Villarruel avisó que habilitaría el recinto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien se limitó a dar el OK sin demasiado entusiasmo.
Pero el objetor más furibundo fue el abogado Alejandro Sarubbi Benítez, representante legal de los trolls libertarios que lidera Santiago Caputo cada vez que deben afrontar demandas de sus víctimas. "Victoria absoluta de las Fuerzas del Cielo y ni siquiera hicieron falta los dos carpetazos", escribió en X Sarubbi Benítez, retuiteando el mensaje de Villarruel.
Victoria absoluta de las Fuerzas del Cielo y ni siquiera hicieron falta los dos carpetazos.
La Vicepresidenta respondió a la provocación. "Por favor, publiquen los dos carpetazos. Estoy ansiosa por saber en qué hacen inteligencia sobre mí y sobre mi familia", contestó, y añadió: "Voy a estar esperando la difusión de eso para hacer las correspondientes acciones legales".
Ante la consulta de LPO, cerca de la vice indicaron que esa respuesta no significaba que ella asumiera que era víctima de espionaje. Sin embargo, el rumor de que sus contrincantes tienen pinchado su teléfono y escuchan sus conversaciones incluye la anécdota de una tarde en la que pidió a las autoridades del palacio que hicieran un barrido en su oficina para detectar micrófonos.
Como sea, un diputado libertario señaló que "Villarruel bajó un cambio y está acomodando la carga".