El diputado peronista Carlos Cisneros.
En su lugar, Jaldo nombro al ex intendente Ricardo Amaya, que proviene de Juntos y enfrentó al peronismo como candidato de Macri. Amaya estaba sin trabajo y venía de hacer una pésima elección como legislador provincial, al punto que no pudo ingresar a la Legislatura.
El rumor en Tucumán es que Miguel Pichetto le pidió a Jaldo que le consiga un puesto a Amaya, cuyo mandato como diputado nacional venció en diciembre. Pichetto, se supone, ayuda al gobernador de Tucumán a relacionarse con el complejo mundo de Milei y Macri.
El movimiento es muy interesante porque revela una intensión de Jaldo de pelearle a su antecesor Juan Manzur el poder real. "La Caja y el Ente de Turismo son dos entes autárquicos y dos resortes claves del poder de Manzur y Cisneros", afirma un dirigente tucumano que conoce muy bien a ambos.
Pero al mismo tiempo que le comió a sus adversarios internos uno de las dos dispositivos que controlan, Jaldo avanzó en un gesto de apertura hacia el electorado de lo que fue Juntos. El gobernador ya había jugado fuerte durante el tratamiento de la ley ómnibus cuando ordenó a los diputados peronistas votarla. El bloque se partió: lo acompañaron tres y dos desobedecieron la orden. Los rebeldes fueron Pablo Yedlin y Cisneros.
Jaldo insinúa un armado muy amplio, con radicales y guiños a Milei y Macri, que tiene desconcertados a propios y extraños. Como segunda del Ente de Turismo nombró a Inés Frías Silva, del más rancio patriciado tucumano. "Un gesto a la Sociedad Rural", explica un diputado tucumano.
En la política tucumana empezó a correr el rumor que Jaldo podría nombrar al ex intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, al frente de la Caja Popular de Ahorros.
"Jaldo no quiere hacer un Juntos de base peronista, va por el peronismo, pero también quiere mostrar amplitud", explica un dirigente que lo acompaña hace años.
Tras la toma de control del Ente de Turismo, en la política tucumana empezó a correr el rumor que Jaldo podría nombrar al ex intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, al frente de la Caja Popular de Ahorros. "No creo que Jaldo se anime a nombrar a Alfaro en la Caja, parece más una amenaza que deja correr para tener a raya a Cisneros", explica un legislador tucumano.
Alfaro estuvo muy cerca de ser el candidato a gobernador de Juntos y su mujer Beatriz Avila es senadora nacional y forma parte del bloque ampliado del PRO. De diálogo directo con Macri, Alfaro proviene del peronismo y formó parte del grupo político que en su momento rodeaba a Alperovich y que también integraban Manzur y Jaldo. Es decir, se conocen bien. Y es verdad que ahora está en un buen momento con Jaldo, pero su hipotético arribo a la Caja no es tan sencillo.
"Es una decisión política que tiene que tener el visto bueno de Macri", explican sin más vueltas en el entorno de Alfaro. Jaldo este lunes dijo que no tenía previsto hacer más cambios en el equipo de Gobierno.
Por ahora, estas movidas de Jaldo, que también integró radicales a su gabinete, se ven como parte de un esfuerzo para ampliar la base de sustentación de su gobierno y de hecho en Tucumán ya se habla del "Opoficialismo". En efecto, casi no se escuchan críticas de la oposición radical y macrista a su gestión y los ataques más virulentos -paradójicamente- provienen del peronismo. Pero, este coqueteo de Jaldo con sectores de la oposición no está claro que tengan un correlato electoral el año próximo. "Jaldo no se va a ir del peronismo", sentencian cerca suyo.