Sigue el éxodo de funcionarios libertarios en la exSecretaría de Derechos Humanos

Natalia Oriolo se convirtió en una entusiasta mileísta, pero no le alcanzó. Renunció molesta con Alberto Baños y Mariano Cúneo Libarona porque no le dieron el cargo ni la remuneración que le habían prometido.
  Las charlas secretas de Javier Milei y las obsesiones finales de Alberto Fernández