Comedores: «Por la disparada de precios, se suma gente todos los días» 

"¿Pueden anotarme?", pregunta un niño en un comedor del barrio Ejército de los Andes que post devaluación no para de recibir pedidos de alimentos, o porque faltan o porque se sabe que faltarán. Los malabares para estirar el presupuesto, la preocupación y las negociaciones con el Gobierno con comedores mal abastecidos y sobredemandados que buscan sacar músculos para contener a todos.
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